Cólicos y llanto

Definición

Es el llanto en un bebé que dura más de tres horas al día y que no es causado por un problema de salud. Un cólico ocurre en casi todos los bebés en grados variables. Casi todos los bebés pasan por un período en el que son quisquillosos o melindrosos.

Nombres alternativos

Cólico infantil

Causas

Aproximadamente 1 de cada 5 bebés lloran por un tiempo suficiente como para que se considere cólico. El momento varía, pero el cólico por lo regular afecta a los bebés comenzando a aproximadamente las 3 semanas de vida y alcanza su punto máximo en alguna parte entre las 4 y las 6 semanas de edad.

El llanto asociado con cólico generalmente ocurre al final del día. Los bebés con cólico tienden a estar anormalmente sensibles a la estimulación. Algunos bebés tienen más molestia a raíz de los gases intestinales. Algunos lloran de hambre, otros por sobrealimentarse. Algunos no pueden tolerar ciertos alimentos o proteínas en la leche materna o la leche maternizada. El miedo, la frustración o incluso la excitación pueden llevar a síntomas de cólicos. Cuando otras personas alrededor del bebé están preocupadas, ansiosas o deprimidas, los bebés pueden llorar más.

El cólico finalmente desaparece. Los síntomas empiezan a mejorar después de aproximadamente 6 semanas y generalmente desaparecen a las 12 semanas. Si su bebé todavía tiene cólicos a las 12 semanas de edad, usted debe consultar con un médico para descartar otra afección, como el reflujo.

Síntomas

El cólico casi siempre se inicia a la misma hora cada día. Los bebés con cólico son más melindrosos en las noches.

Los síntomas de cólico a menudo se inician de manera repentina. Las manos de los bebés pueden estar empuñadas, las piernas encogidas y el vientre puede parecer hinchado. El episodio puede durar minutos u horas y generalmente termina cuando el bebé cae exhausto o cuando defeca o pasa el gas.

A pesar del dolor abdominal obvio, los bebés que sufren de cólico comen bien y suben de peso normalmente.

Pruebas y exámenes

El médico a menudo puede diagnosticar el cólico haciendo preguntas acerca de la historia clínica y los síntomas del bebé, incluyendo la duración del llanto.

El médico llevará a cabo un examen físico para descartar otros problemas como una hernia, una intususcepción u otros problemas médicos. Se pueden necesitar exámenes adicionales si el diagnóstico no es claro.

Tratamiento

Ayudar a un bebé con cólico implica identificar y evitar las cosas que desencadenan los episodios de llanto. En lo posible, también es importante aprender qué es lo que más reconforta a su bebé.

Posibles desencadenantes del cólico:

CONSEJOS PARA RECONFORTAR AL BEBÉ

Lo que reconforta a un niño puede no calmar a otro. A algunos bebés les gusta que los envuelvan en una cobija caliente y otros prefieren estar libres. Intente muchas cosas diferentes y preste atención a lo que aparentemente funciona, incluso así sea solo un poquito.

Expectativas (pronóstico)

Un bebé generalmente supera el cólico hacia los tres o cuatro meses de edad.

Posibles complicaciones

Por lo general, no hay complicación alguna.

Cuándo contactar a un profesional médico

Llame al pediatra si su bebé está llorando mucho. Es importante descartar otras afecciones más serias.

Llame al pediatra inmediatamente si:

No le dé miedo buscar ayuda inmediatamente si se siente abrumada o tiene pensamientos de hacerle daño a su bebé.

Prevención

Es probable que el bebé tenga un período de melindres sin importar cualquier tipo de prevención.

No obstante, las buenas técnicas de alimentación y la identificación de los desencadenantes pueden ser útiles. Si usted está amamantando, hablar con un asesor en lactancia puede servirle.

Aprenda qué es lo que reconforta al bebé antes de que se pueda desarrollar el cólico. Conocer qué calma al bebé puede ayudar a evitar que el período de melindres se vuelva más intenso.

Referencias

Herman M, Le A. The crying infant. Emerg Med Clin North Am. 2007 Nov;25(4):1137-59, vii.

This article uses information by permission from Alan Greene, M.D., © Greene Ink, Inc.


Actualizado: 8/2/2011
Versión en inglés revisada por: Neil K. Kaneshiro, MD, MHA, Clinical Assistant Professor of Pediatrics, University of Washington School of Medicine. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA, Medical Director, A.D.A.M., Inc.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.
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